A veces parece que la cobertura móvil y el wifi están conspirando en tu contra: justo cuando más lo necesitas, zas! se cae la conexión. Y aunque cambiar de compañía puede ser la solución definitiva, hay pequeños trucos que pueden mejorar bastante tu situación sin gastar ni un euro ni cambiar de proveedor.

Coloca bien el router (y no lo tapes)

Uno de los errores más comunes es esconder el router tras muebles, cortinas o dentro de un armario para que no se vea. Error. El wifi necesita espacio para expandirse, como una luz. Cuanto más centrado esté en casa y más despejado tenga alrededor, mejor será la cobertura.

Reinicia de vez en cuando

Sí, tan básico como eso. Igual que tú necesitas dormir para rendir, tu router también agradece un reinicio de vez en cuando. Si llevas semanas sin apagarlo, dale un respiro: apágalo 10 segundos y vuelve a encenderlo. No es magia, pero a veces ayuda.

Evita interferencias

Microondas, teléfonos inalámbricos, hasta acuarios… Todos estos objetos pueden interferir con la señal wifi. Si puedes, aléjalos del router o al menos no lo pongas justo al lado. También es recomendable evitar ponerlo en el suelo: cuanto más alto, mejor.

Usa la banda correcta

Muchos routers ofrecen dos bandas: 2,4 GHz (más lenta, pero con más alcance) y 5 GHz (más rápida, pero con menos alcance). Si estás lejos del router, usa la de 2,4 GHz; si estás cerca y necesitas velocidad, mejor la de 5 GHz.

Y si es cobertura móvil…

A veces basta con moverte un poco. Cerca de una ventana suele haber mejor señal. También puedes poner el móvil en modo avión durante unos segundos y volver a activarlo para que se conecte a la antena más cercana. Si estás en interiores, desactiva el 5G si no te va bien: a veces con 4G tendrás más estabilidad.